dIARIO de un mOCHILERO: la pATAGONIA

Siempre me pregunté qué hay más allá de las calles de mi barrio, de sus muros, de sus casas, de su arroyo putrefacto ya entubado, de sus villas y sus rostros sucios, de la medianera que me separaba del cabezón, un guitarrista del carajo con quién hicimos una banda a lo Sumo, de los techos de teja anaranjados, tipo colonial. Siempre me pregunté a qué olería la verdadera libertad, no la de los rebeldes sin causa ni la de los aferrados a sus bienes materiales... la verdadera libertad.

Cuando en la ruta sentí el viento sobre el rostro por primera vez supe que la libertad sabe a humedad. Tal vez las lágrimas de emoción, quizá las tormentas que uno deja atrás.

Aquí les contaré de mis viajes con mochila en las espaldas y lo puesto. Aquí desempolvaré mi diario de mochilero, ese que se empapó de lagos patagónicos, de frío fueguino, de brisas heladas, de estepas, de polvo, de piedras, de risas y de llantos, de porro y ausencias. Aquí, yo, cuestión de esperarme, que estoy llegando.

Te esperamos. Siempre he sentido curiosidad por esas gentes que pasan con la mochila a la espalda, que duermen un verano en mi playa, un tanto desarrapados, es cierto, pero con ese aire innegable a libertad. ¿Qué se siente vagando por el mundo, sin un reloj, una obligación a la que volver, un horario que cumplir, desprendido de la seguridad de tu propia ciudad, de tu pueblo, de tu casa, de tu familia? Así que cuenta...

Esperare las entregas. Es bonito leer las experiencias de viaje de otro. Uno solo por la ruta, conociendo gente y lugares nuevos. Pasando las mil y unas tambien jajaja. Muchas anecdotas quedan. Es hermoso viajar. ^^

yo tambien