Momentos-Recuerdos encadenados.

No me gusta fumar, se me hace un feo hàbito, pero se distinguir el olor de los cigarros Raleigh de los Marlboro, y estos en particular los rojos de los blancos, simplemente porque mi hermano ya fallecido los fumaba. los rojos eran de uso diario y los blancos los compraba cuando salia de fiesta
Le encantaba encerrarse en el baño a leer el periodico y fumar sus marlboro y al entrar yo despues a esa nube de humo que tanto odiaba me enfurecìa.

Hoy cuando percibo el olor de los cigarros lo recuerdo, y ya ven cuando a veces el olor de la humedad de las paredes tiene un cierto parecido al olor del cigarro no se porque razòn y entro a bañarme y siento como si èl acabara de estar ahi antes de salir de fiesta y en cierta forma siento una especie de bienestar.

Tenía yo doce años y una chica de servicio que teníamos en casa me descubrió el sexo. Fue aquella una revelación que hizo tambalear mis cimientos. Desde entonces para mí el aroma más afrodisíaco no es ningún perfume rebosante de feromonas, sino la simple, doméstica y humilde lejía que me recuerda, aun tantos años después, el olor de las manos de aquella muchacha.

Vivíamos en un campo agrícola, el cual tenia en particular un canal muy grande, por medio del cual abastecían el agua a otros campos. Solía bañarme por horas y si digo horas es que lo era. Me salía del agua hasta que volteaba para arriba y estaba mi padre con un cinto en su mano,,,, - Niña, salte, te va a hacer daño tanta agua-, incluso llegaba a decir:
- te va a salir cola_ jajajajaj,,

Me sucede ahora algo parecido a Jaguar, en esos canales hay un olor muy particular, obvio a humedad, pero una humedad muy agradable, con aroma fresco. Ahora, de vez en cuando pasamos por ellos y el recuerdo de aquellos ratos,, que ratos, horas de niña dándome exagerados chapuzones llegan a mi mente y la verdad me causan una agradable nostalgia.

Esta mañana, mientras hacía unas compras, he pasado por una pastelería en la que estaban haciendo algún dulce con cierto toque a anís. Ese olor tan característico me ha trasladado a un grato momento que pasé con mi abuela, mi yaya, como se dice por aquí.

Recordé aquellos días previos a su última Navidad, mientras preparábamos roscos de anís, "mantecaos" y turrón de chocolate (muy "Made in Spain"). El eco de su risa resonaba en mi cabeza, como si sus bromas de aquel día, o de cualquier otro momento vivido junto a ella, se hicieran presentes. La echo de menos.

Me causa bastante fascinación de como el olfato es el sentido más capaz de hacernos viajar al pasado en ese barco llamado Memoria.

Hace unos dias charlabamos con un amigo sobre chicas y aventuras durante el seundario. Me volvi a sentir como en aquel entonces, cuando oia y me reia por dentro. De chicos se escuchan muchas bobadas sobre las chicas. Y muchos se las daban de expertos. Hablan mucho y tienen muy poco hecho. Un rostro volvio a mi mente. Un rostro que hace mas de cinco años no veo. ^^