sAN lORENZO dE aLMAGRO, pASIÓN dE lAS pASIONES

Empordà escribió:

Bueno, eso es un informe con todas las letras...

Por cierto, un colega mío del trabajo estuvo comentando conmigo ayer que el actual entrenador del Vila-real, Manuel Pelegrini, fue técnico de San Lorenzo. Actualmente, realiza los stage de su equipo muy cerca de casa, en un lugar muy querido para mí.

Amigo, no solo ha sido director técnico de mi San Lorenzo sino que lo sacó campeón histórico con una seguidilla de partidos ganados que aún no han podido superar por estos pagos. Ya colgaré esa campaña, digna de recordar por siempre. Si hasta lloré festejando ese título, allá por el 2001....

Misshiva escribió:

Esto es para el cuervo azulgrana del foro:

[i](Lo encontré ayer mientras hacía ciertas cosas... )

Me encanta! Un cuervito canchero, como le diríamos por estos lares.

SAN LORENZO 5 - RIVER 1

Un Ciclón de goles

El equipo de Russo le dio una lección al de Gorosito. En 17 minutos le hizo tres y después lo liquidó aprovechando la desesperación de un equipo que se pareció más al último del Apertura, que al que llegó puntero en este Clausura. Santana, Adrián González, Bottinelli, Bergessio y Silvera se anotaron en la goleada. Descontó Buonanotte.



COSTUMBRE. Bergessio otra vez le marcó un gol a River, como el año pasado en la Copa.




La lluvia que azotaba Boedo le dejó su lugar al sol en el Nuevo Gasómetro y San Lorenzo no tardó en hacer delirar a toda su gente. En la primera jugada del clásico con River, apenas 40 segundos después de que Sergio Pezzotta pitó el comienzo, Gonzalo Bergessio metió una corrida espectacular por la izquierda y Jonathan Santana, definió para el 1-0 fugaz. ¿Fue todo para un arranque pésimo para el conjunto de Néstor Gorosito? No. Adrián González acarició la pelota en un tiro libre y nada pudo hacer Juan Ojeda. El clásico que en la previa aparecía como de riesgo, se volcaba muy rápido a favor de los locales.

River estaba desconcertado. Con Marcelo Gallardo y Cristian Fabbiani en el banco, adentro de la cancha a ninguno se le caía una idea. Pipo sufría, porque todo lo bueno que su equipo había hecho en las primeras fechas del Clausura, en escasos cuatro minutos se le caía un balde de agua fría. Y por si fuera poco, a los 17 minutos la defensa millonaria otra vez dejó mucho que desear y Jonathan Bottinelli sacó provecho de un rebote y marcó el 3-0. Una ventaja impresionante y que hacía esperar lo peor para el visitante.

Recién a los 23 minutos, River reaccionó. Diego Buonanotte descontó y encendió, por lo menos por unos minutos, la ilusión de acercarse a dar vuelta la historia. En una jugada posterior, a Agustín Orión se le escapó la pelota de las manos y estuvo muy cerca de ser el segundo. Cuando todo parecía más tranquilo para el equipo de Gorosito, Bergessio volvió a sacar ventaja con su físico y venció una vez más a Ojeda para poner el 4-1 antes de irse al entretiempo.

Sin dudas, no era el domingo de River. Ni la entrada de Fabbiani a los diez minutos del complemento consiguió cambiar el rumbo. Es más, dos minutos después, Rodrigo Archubi erró una pelota increíble en el área chica, y Andrés Silvera sentenció el 5-1. Todo era del Ciclón. La primera pica llegó entre Cristian Ledesma y Villagra, y rápido se sumaron Ahumada y Bergessio para copar la parada. La bronca fue efímera, porque el resultado abultado dejaba poco margen para la calentura.

Le llegó el turno de Marcelo Gallardo y él tampoco pudo hacer absolutamente nada. El "ole, ole" bajaba de las tribunas. Una reacción infantil de Alejandro Gómez dejó a San Lorenzo con diez hombres a los 35, aunque a esa altura ya estaba todo más que resuelto.

Un golpe muy duro para Gorosito y River. Esa calma de las últimas semanas seguramente cambiará en las próximas horas. Un 5-1 que, claro está, deja muchísimas dudas en los de Núñez. Por el lado de San Lorenzo, es todo alegría y felicidad. Se levantaron de un comienzo de año adverso y ganaron ese clásico caliente que ayudará a seguir adelante en un semestre con muchos compromisos y obligaciones.

Hizo historia

San Lorenzo goleó 5 a 1 a River y alcanzó la máxima goleada que le propició en 1957. Santana, González, Bottinelli, Bergessio y Silvera los goleadores en una tarde que sólo se vio empañada con la lesión de Solari y la expulsión del Papu Gómez.


Los jugadores celebran el gran éxito ante River (Foto MA)

BUENOS AIRES- En el momento que el sol volvió a la ciudad de Buenos Aires, salen los equipos a la cancha. Algo así como un presagio de lo que iba suceder en el campo de juego. La lluvia del mediodía fue reemplazada con el Ciclón de Boedo. San Lorenzo confirmó esto a los treinta segundos con un potente y magnífico desborde de Bergessio que le posibilitó a Santana poner al Ciclón en ventaja. Estallido azulgrana en el Pedro Bidegain.

River, atónito por el primer golpe recibido no se asentó en la cancha y San Lorenzo lo aprovechó. Poco de seis minutos después el Chaco Torres aprovechó los espacios que su rival dejó para jugar. El Ex Racing recibió una infracción cerca del área que Adrián González, como en sus viejos tiempos, se encargó de cambiar con un golazo al ángulo superior derecho de Ojeda.

Lamentablemente la jornada no podía darse con todas las letras. Santiago Solari, con un gesto de dolor tras tocarse su pierna izquierda, pidió el cambio. En su lugar ingresó Alejandro Gómez y el partido siguió favorable a San Lorenzo. Lo confirmó Bottinelli que, tras una confusión en un córner, puso el 3 a 0.

Sin embargo, empujado por un parcial Sergio Pezzotta, River comenzó a sumar gente en el campo del Ciclón. Tuvo varios tiros libres a su disposición, pero en ninguno concretó. Parecía cerrado el arco de San Lorenzo, pero el propio Orión le dio la llave al Millonario. Buonannote pateó desde afuera y provocó un grave error del arquero. La pelota pasó por debajo de su brazo y se coló al fondo de la red.

Después del descuento riverplatense, San Lorenzo bajó a la tierra y nada tuvo que ver con aquél que tuvo 18 minutos iníciales para el recuerdo. Orión siguió inseguro y otra pelota se le volvió a escapar, pero esta vez la misma se fue al corner. El partido volvía a abrirse porque River atacando empezó a ser más claro e incisivo que el Ciclón, por cierto estático en ofensiva y dependiente del Papu, excesivamente reclinado sobre su izquierda.

El juego, al acercarse al final del primer tiempo, daba la sensación de que la considerable ventaja estaba en jaque. Sin embargo, a pesar de ello, Gómez, en su primera intervención como enlace, dejó mano a mano a Bergessio para que estampe el cuarto gol de San Lorenzo. La tranquilidad retornó a los corazones cuervos.

Con espíritu camboyano, San Lorenzo salió en la segunda parte. Gorosito, en los primeros minutos, le dio lugar a Archibi y Fabbiani por Abelairas y Rosales, respectivamente. Pero fueron los de Russo que encontraron el primer grito en esta mitad. El turno, tras un rebote de un peligroso tiro libre, fue de Silvera. El Cuqui la punteó e infló las redes. San Lorenzo alcanzaba la máxima goleada en la historia frente a River, igual que en 1957.

A los 20, Pipo intentó con Gallardo (por Buonanotte), en su regreso a la entidad de Nuñez. Su intención: recuperar la pelota perdida a pies de un San Lorenzo seguro, más calmo y decidido para continuar con la búsqueda de algún que otro grito más.

El desconcierto de uno (River) y la tranquilidad del otro (San Lorenzo), dieron una pausa al clásico. Se jugaron quince minutos de escasas incidencias y pocas situaciones de riesgo, en ambos arcos. Orión y Ojeda, de actuaciones flojas, tuvieron su descanso, como Santana, sorpresivamente reemplazado por Tula cuando los hinchas querían ver un rato a Bruno Fornaroli, el único refuerzo que aún no debutó.

Incomprensiblemente, Alejandro Gómez, cuando nada había que hacer en el partido, sólo seguir jugando al fútbol, entró en provocación de rival. Mientras Fernández lo bajó desde atrás, Ahumada lo agarró del cuello. El Papu reaccionó y, Pezzotta, de mal arbitraje, vio la agresión de Gómez. Roja directa.

La tarde del domingo se presentó para hacer historia. Se igualó la máxima goleada en la historia frente a River. Desde el vestuario, San Lorenzo fue el ganador. Atrás quedaron los roces de los últimos encuentros. Hubo fútbol, baile y goles. Por suerte, a favor del Ciclón, que vuelve a decir presente.

A eso se le llama romper y olvidar una mala racha de una sola tacada. Felicidades!!

Lo madrugó primero, lo aplastó enseguida y le toqueteó la pelota de última. Es que San Lorenzo supo abrirse la puerta para ir a jugar y armar una inolvidable fiesta de goles.

Un ratito de Solari, con sus exquisiteces por la izquierda hizo camino al andar. Bergessio, directamente dejó una huella con sus embestidas tipo aplanadora. Pero el Indiecito se fue pronto, lesionado, y Barrientos no está, por lo que el Cuervo se potenció con sentido colectivista.

Barrientos y Solari, nada menos, quedaron afuera, pero adentro, y San Lorenzo dispuso de varias factores para consolidar su Ciclonazo: 1) la aceleración de Bergessio, junto con el oficio de Silvera; 2) la clarividencia de Ledesma para entender el rumbo y el ritmo necesario en cada circunstancia ; 3) las jugadas preparadas en tiros libres con la maestría y pegada de sus dos laterales; 4) una voluntad inquebrantable en salir de perdedor (venía de tres caídas, una de ellas en la Copa); 5) las salidas a destiempo de Cabral, que abrían un agujero por detrás, que permitían la filtración de Bergessio y la trepada por la derecha.

Focos del dominio. En lo estratégico, su planteo fue apuntar a las bandas -preferentemente la izquierda- para dejar en banda al equipo de la banda. El foco estuvo ahí, al principio: soslayar el tramado por el centro, conectarse, aligerarse, profundizar por los costados. Pero con la suave desaceleración tras el 3-0, el enfoque del armado se trasladó al medio, con eje en Ledesma.

En realidad, River buscaba presionar muy adelante. Perdía Cabral ante Bergessio. quien se mandaba con todo, y así había faltas y peligro de gol.

En vez San Lorenzo no era tan fundamentalista en ese aspecto. Lo dejaba venir un poquito a River. Su primer límite lo ponía pasado medio campo, donde el Chaco Torres minimizaba lo que trataban de enganchar Buonanotte y después Gallardo. A su lado, Ledesma era la salida. Al principio, rápido para la disparada por los costados. Después, como eje para defenderse con la pelota. Y atrás, salvo cierta inseguridad de Orión, bastó que Bottinelli se bancara bastante bien de arriba y en general, que los dos centrales no dejaran tanto girar a Falcao.

Así, San Lorenzo destrozó con sutilezas y ritmo frenético, para luego autorregularse con la pelota al pie. Y al final se dio un goce más sereno de fútbol (más allá del ritual tribunero de las gastadas), mientras el rival se desgastaba en la inoperancia, salvo algunos desbordes de Augusto en el tramo del 3-0 al 4-1 parcial.

El Cuervo venía de tres derrotas seguidas y este 5-1 le resultó sanador porque le cicatrizó esa herida. Y le abrió una muy profunda a River.

Aclaremos de entrada, para no ser exitista, que no existen cuatro goles de diferencia entre San Lorenzo y el último del Apertura: ¡hay más! Ayer San Lorenzo salió con actitud, a comerse al rival, a jugar y no a pelear y convirtió lo que generó. Esta primera media hora resultó demasiado para un River humillado en su pequeña autoestima inflada por resultados generados por errores de los árbitros. Tampoco hay que agrandarse porque se le ganó a un rival sin arquero, sin centrales que marcan, con volantes para la foto, que juega sin delanteros y con refuerzos de la MLS que acogotan jugadores en amistosos. No puedo evitar recordar que nueve contra 11 hubiera sido empate. Entonces, con este razonamiento, no es descabellado explicar que en igualdad numérica la victoria estaba decretada. Jaja, ¡qué baile! Pensar que antes nos ganaban con la camiseta y hasta tenían ídolos importantes. Lo único para lamentar de la soberbia actuación colectiva fue la lesión de Solari, la tonta expulsión del Papu y los rebotes de Orión. ¡Gracias por la magia Ciclón!

Fuímos a Paraguay. Libertad, puntero de nuestra zona en la Libertadores nos esperaba con ganas de consolidarse y pasar a la siguiente ronda. Nosotros, confiados en la goleada del domingo y olvidando las falencias anteriormente mostradas pensábamos que todo era pan comida.

Volvemos con un dos a cero que duele y la posibilidad de quedar fuera de la Copa que tanto deseamos. Volvemos con las manos vacías, los sueños pinchados y la esperanza quebrada. Será que mañana será otro día y aún se puede volver a empezar.

No hay que dudar en eso. Según lo dices, quedar fuera de la Libertadores es hoy una posibilidad. Hay que rehacerse y procurar que eso no suceda.

Me sabe mal oir esas notícias, Crow, parece que la dinámica positiva del último torneo no han servido de nada. De toda manera, ya avanzabas que jugaríais con suplentes. ¿Es para reservar jugadores para el próximo partido?

Increíblemente en este lado del mundo no hay jugadores que aguanten jugar en dos torneos intercalados como lo hacen los europeos, es algo que jamás podré entender, menos cuando yo jugaba al fútbol, sin entrenarme, y rendía perfectamente en tres partidos de noventa minutos cada uno, por semana. Y no, no soy súpero cuervo, era joven y con muchas ganas 8y coño, no me pagaban por jugar)

El tema es que el domingo se jugó con la mitad de suplentes, sumándole la mala noticia de que ya tenemos otro lesionado importante, esta vez Orión, el arquero sensación del año pasado, decir que bailaremos con la más fea. Y así vamos, pisando trampas y sangrando desesperanza, que es lo normal para el hincha de un equipo pasional que no la está pasando nada bien.

Perdimos, tres a uno cuando ibamos ganando. Una pena. Una pena el director técnico que agrupa al equipo en la defensa cuando mete un gol. Así no se juega al fútbol, Sr Russo, así juegan los sin-huevos y a nosotros nos sobra, debería saberlo.

Gracias, Empo, por pasarte por aquí en las malas. Un abrazo.

En las malas es cuando un equipo aprende a hacerse fuerte. Y cuando sus seguidores también tienen más a demostrar.

Parecería importante dar una buena imagen en la Libertadores, ya que reforzaría mucho la moral del equipo. Si lo que atraviesan los azulgranas es una crisis de confianza, ésta se podría entender por la resolución caprichosa del último campeonato. Y superar una crisis de confianza pasa ineludiblemente por creer en sí mismos. Suerte y a creer!!

Gracias, amigo, por tantas palabras de aliento, necesarías para afrontar los malos momentos de unas de mis pasiones. Veremos que pasa esta noche. Ya traeré las noticias pertinentes al cotejo.

Un abrazo.

Compa, son cosas que pasan. Que le vamos a hacer. Siempre los mas perjudicados son los hinchas. Ellos siguen cobrando igual. ^^¿

La verdad es que parece que no levantan cabeza, no sólo en base a los resultados, sino también en cuestiones de actitud y compromiso. ¿Encontramos algo positivo en eso? Quizá las caras nuevas para el próximo partido tengan ganas de reivindicar algo en su favor.
Paciencia, amigo.