iDOLOS, rEFERENTES, sIMPATÍAS, tUYAS, mÍAS

No sé si ubicarlo entre mis idolos y mis referentes, pero Highlander (el personaje, no Christoper Lambert, el actor que lo encarnó) es fuente épica de constante alimentación a mi imaginación.

William Wallace según Braveheart, la película, es el otro personaje que me provoca lo mismo que Highlander. Los dos, personajes escoceses, vaya coincidencia cósmica.

Sus poesías llenas de imágenes oníricas, llenas de fuerza y de sentimientos, su obras de teatro donde plasmaba los sentimientos de impotencia de las mujeres estériles (Yerma), donde plasmó la angustia asfisiante de una madre manipuladora (La casa de Bernarda Alba)...lo leo desde que soy una niña y lo adoro.

Francisco Ibáñez Talavera, más conocido como F. Ibáñez, y en mi casa como Ibáñez I el Grande. ¿Qué se puede decir de alguien que ha enseñado a leer a la práctica totalidad de niños españoles desde los sesenta para acá...? Creador prolífico e inimitable de personajes que hoy día ya forman parte del Olimpo de la Historieta, como Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio... Vapuleado por el mundo editorial que pretendió prostituir a sus personajes y con quien tuvo que pleitear hasta que logró recuperar lo que era suyo por derecho. Sólo se le puede llamar Genio.



"El amigo de la máquina de escribir", aquél a quien nunca se le terminaban las ideas, "El Otro"... René Goscinny. Padre de un rosario de personajes llenos de ternura y diversión, creador del fabuloso Astérix y su poblado de irreductibles que resisten ahora y siempre al invasor; guionista de los mejores álbumes de Lucky Luke y creador de los genuínos Hermanos Dalton, desde el enfadica Joe hasta Averell "Imbécil" Dalton; y padre de mi siguiente "guía", el Gran Visir Iznogud; creador de la primera saga de novelas para niños que los trataba como a tales, y no hablaba de corderitos, ni de hadas, ni de bondad infinita, sino que retrataba la vida escolar con todo el cinismo, envidas, revanchismo... y compañerismo, lealtad y ternura que destilan todos los amiguetes y el Pequeño Nicolás. Artífice de juegos de palabras imposibles que aún hoy, hacen de él uno de los autores más temidos por los traductores del todo el mundo... Adoro a Ibáñez, a Michael Ende, a Terry Pratchett... pero a Goscinny lo venero. Es la persona a la que miro y pienso "yo quiero ser como él".





El Gran Visir Iznogud (arriba, en su versión como personaje de cómic; abajo, encarnado por Michaël Youn en su adaptación cinematográfica). "Primo hermano" de Astérix, los guiones fueron realizados por el genial Goscinny, y el dibujo por un entonces muy joven Jean Tabary. Las historietas giran en torno a un único hilo argumental: en la Bagdad de las Mil y una Noches, el bondadoso Califa Harún el Pussah gobierna la ciudad con dulzura absoluta, es el hombre más pacífico y cándido que existe, y confía ciegamente en su gran visir, a quien llama "su buen Iznogud", ignorante de que éste busca tan sólo su destrucción para ocupar su lugar. La frase que le sirve de divisa, "¡Quiero ser califa en lugar del califa!", y que repite constantemente, lo deja bien claro. Naturalmente, para que las aventuras no se acaben, Iznogud no logra nunca su vil propósito, y la mayor parte de las veces, sus intentos se vuelven en contra suya, de modo que ha acabado convertido en rana, en perro, en clavo, en concha-souvenir... pero al inicio de la siguiente aventura, de nuevo vuelve a intentarlo. Dejando aparte que el inefable Visir sea innoble, tacaño, malhumorado, codicioso, gritón, abusón, vengativo, y malvado en toda la línea, tiene una grandísima virtud por la cual lo admiro: es constante. No importan las innumerables desdichas que le sucedan, los terribles golpes (morales y físicos) que pueda sufrir, las humillaciones a las que se vea abocado o los peligros que sus complots le hacen arrostrar... él, JAMÁS se rinde, no deja nunca de perseguir su sueño.