sUDÁFRICA 2010, aNATOMÍA dE uN mUNDIAL dE fÚTBOL

El inesperado 4-0 que Alemania le propinó a la Selección no demoró en ser la principal noticia en los medios digitales del mundo. La superioridad del equipo de Low estuvo reflejada y fue el punto principal en el que hicieron hincapie en Brasil, Italia, Inglaterra y España.

En Brasil devolvieron gentilezas. Ayer, recibieron las cargadas por la eliminación ante Holanda. Hoy, se invirtió la situación. Durante el partido, Lance ironizó con la presencia del cantante Mick Jagger en el estadio Green Point. "Alentá a la Argentina, Mick", decía en la previa del partido por los cuartos de final. Con el final consumado, el título tenía a Diego como protagonista: "¿Quéres que te lleve, Maradona?", en alusión a la despedida de la celeste y blanca de Sudáfrica. O Globo, por su parte, también tituló con el DT de la Selección: "¡Ufa! Argentina vuelve a casa y Maradona no se quedará desnudo en el Obelisco".

En Europa, fueron más objetivos. As, el diario español no dudó: "Alemania le dio una lección a Maradona", mientras que Marca habla de "humillación". En Italia, por su parte, la Gazzetta dello Sport dio su punto de vista: "Maradona vuelve a casa. Cuatro cachetadas alemanas", en tanto, el Corriere della Sera, tituló: "Alemania vuela en el paraíso, Argentina humillada y Diego KO".

También en Inglaterra fueron filosos. El diario sensacionalista The Sun, tituló: "Alemania demolió a la Argentina". Además, destacó que "Otamendi vivió una verdadera pesadilla" y sobre Messi opinó que "hizo todo lo posible pero fue frustrado por la sólida defensa alemana". "Alemania se deshizo de Diego Maradona y Argentina está afuera del Mundial", tituló The Guardian, también de Inglaterra. Y con dureza opinó: "Si en verdad hubiese sido la voluntad de Dios que la Argentina reclamara por esta Copa del Mundo, entonces Diego Maradona debe sentirse totalmente abandonado ahora".

ESPAÑA 1
PARAGUAY 0

SUFRIENDO ESPAÑA DEJA FUERA DL MUNDIAL A PARAGUAY EN EL TIEMPO REGLAMENTARIO



Ganó España, ganó el gran candidato. A poco del final encontró el gol por David Villa y venció a Paraguay por 1-0 en el último partido de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica. Ahora, en semifinales, deberá medirse con Alemania, el verdugo de la Selección Argentina.
Al gran candidato le costó muchísimo jugar contra Paraguay. Porque el equipo del Tata Martino hizo un trabajo impecable, para neutralizar a los españoles y jugar lejos de su arco, sin ser un conjunto amarrete, sabiendo la inferioridad de individualidades frente a su rival de hoy. Utilizó la presión y se aferró al juego rápido para llenar de centros y pelotazos a Tacuara Cardoza y Nelson Haedo Valdez.
Fue inteligente lo de Paraguay, porque no arriesgó como lo hizo Bielsa y su Chile, quedando menos expuesto a los ataques horizontales y bien improvisados por los españoles. Pero a la vez inquietó tantas veces, o quizás más, que los del Loco, en el encuentro que España venció 2-1 a los trasandinos. Pero no es fácil aguantar el ritmo durante 90 minutos.
Ya desde el comienzo, el equipo del Tata le mostró a España una de sus cartas y por intermedio de Santana casi convierte el primero. No iba un minuto de partido, pero el campeón europeo recibía una dosis de ese fútbol paraguayo que lo llevó a hacerse bien fuerte en las Eliminatorias. Pero no fue el único aviso, porque en los primeros 20 minutos de partido, la presión del equipo de Martino no le permitió jugar en campo rival a los de Del Bosque.
De a poco, con el empuje de los hombres del Barcelona, España se logró acomodar en el campo rival. El 4-3-3 de Del bosque, con Iniesta tirado por derecha, pero también cumpliendo en el medio. Con Xavi tomando la posta en la creación y buscando una salida, esta vez con un remate desde lejos que se fue por arriba, para romper con la buena fortaleza paraguaya.
Los centros acercaron a Paraguay al arco de Casillas y por unos pocos centímetros, no llegó el primero, porque Santana no alcanzó a cabecear un envío de Morel Rodríguez. Claro, el primero había llegado, pero luego se desvaneció con el banderín levantado del juez de línea, que anuló un gol de Haedo, tras una mala posición de Cardozo, quien intentó participar de la jugada.
El segundo tiempo empezó timorato, como el primero. Pero pasando los 20 empezaron las emociones. Fue un ida y vuelta constante, con matices dramáticas por los aciertos y errores del guatemalteco Batres, árbitro del partido.
A los 22, Piqué tomó de un brazo a Cardozo y el árbitro marcó un justo penal. El propio Tacuara se paró frente a la pelota y sacó un remate al medio. Pero Casillas agrandó su leyenda reteniendo el disparo del goleador del Benfica. Paraguay dejaba pasar su gran chance.
Pero no pasó nada de tiempo para que el árbitro volviera a ser el protagonista. Batres vio una falta de Alcaraz sobre Villa, donde no había, y marcó otro penal, esta vez para el conjunto de Del Bosque. Remate de Xabi Alonso y gol. Pero el adelantamiento de varios futbolistas hizo que le disparo se tuviera que repetir. Y ahí aparecieron las manos de Villar para ahogar el grito de España.
Casi por alto pasó la falta posterior al penal que Villar le cometió a Cesc dentro del área, pero que Batres no vio.
El partido se encendió. Pero el que terminó perdiendo por ese ida y vuelta fue Paraguay. Porque el orden que tenía el equipo del Tata se iba, justamente, a desordenar por tantas emociones. Y allí apareció el gran candidato para ganar y avanzar a semifinales.
A ocho minutos del final, Iniesta hizo una jugada monumental. Encaró por la izquierda, tirado más al centro, llegó hasta la puerta del área tras dejar a tres rivales en el camino y sirvió para Pedro, que estrelló su remate en el palo. En el rebote apareció el gran goleador. David Villa remató cruzado, la pelota también dio en el parante derecho, pero después se fundió a la red para abrochar el pase del campeón europeo a las semifinales.
El ingreso de Lucas Barrios no pudo cambiar las cosas. Paraguay tuvo una que tapó Casillas en dos tiempos y no mucho más. Su ilusión se terminó el mismo día que Argentina se quedó afuera. Igual, pasó ser muy meritorio lo del equipo de Martino, que por primera vez en su historia alcanzó cuartos de final.

SEMIFINALES

HOLANDA
URUGUAY

ALEMANIA
ESPAÑA

SEMIFINAL

HOLANDA 3 (Van Bronckhorst, Sneijder y Robben)
URUGUAY 2 (Forlán y Pereira)

HOLANDA NI SIQUIERA PERDONÓ A LA GARRA CHARRÚA Y YA ESTÁ EN LA FINAL



Con la misma dignidad que mostró a lo largo de todo el Mundial, Uruguay despidió su ilusión de sumar su tercer título. Del otro lado estuvo una Holanda que mostró por momentos que está para meterse en la historia grande y por otros reflejó flaquezas que en una final ante Alemania o España difícilmente le perdonen. De todas maneras, quedó a un paso de ganar su primer Mundial y este domingo sabrá si ese sueño enorme se hace realidad.

En estos días en los que Diego aseguró que Argentina había jugado el fútbol que le gusta a la gente, desde Holanda no hablaron del buen juego: mucho mejor, en la primera media hora del partido el equipo lo ejerció, y reflejó en la práctica de qué se trataba eso. Con un toque enloquecedor que le hacía perder pie permanentemente a Uruguay. Y además mostró que para saber jugar también hay que saber defenderse. Ante un delantero temible como Forlán, los de atrás salieron a anticipar permanentemente y, si el recurso fallaba, nunca faltaba la rueda de auxilio para recuperar terreno. Fue una de las mejores demostraciones de este Mundial en el que la diversión apareció sólo de a ratos.

Ese dominio que no siempre se transformaba en oportunidades de gol terminó cristalizado en un tanto que fue resultado lógico de la belleza que producía la Naranja. Giovanni Van Bronckhorst tomó la pelota desde unos 30 metros y la clavó bien arriba, en el ángulo izquierdo, ahí donde no podía llegar Muslera ni cinco arqueros juntos.

Con el 1-0, el dominio de los europeos se acentuó. Uruguay empezó a perder el control ante ese 4-2-3-1 -idéntico en lo numérico al esquema de Alemania frente a Argentina- en el que se hacía circular la pelota y todos tenían algo para sumar. Porque no sólo Sneijder, metido casi como un delantero centro junto a Van Persie, hacía girar los engranajes. Kuyt rotaba y enloquecía a sus marcadores y Robben se hacía muy difícil de tomar para Martín Cáceres. Hasta que ese fuego naranja empezó a bajar la temperatura.

Algunos de los hombres de Tabárez habían apelado a la gastada receta del juego brusco como para tratar de revertir la historia. Así apareció una chilena muy riesgosa de Cáceres, que le dio en la cabeza a De Zeeuw -herido, no salió al segundo tiempo- y sólo mereció amarilla del árbitro uzbeco Irmatov. También una patada voladora de Maxi Pereira. Pero de repente volvieron a intentar algo parecido a los encuentros anteriores, con quite y toques rápidos para los de arriba. Y mal no les fue, porque sirvió para equilibrar el partido.

Ahí fue cuando apareció el goleador iluminado. Ese hombre que transforma en oro todo lo que toca en este Mundial, y esta vez no fue la excepción. Diego Forlán remató desde afuera del área y encontró una floja respuesta del arquero Stekelenburg. Mérito de él por buscarlo, para encontrar el 1 a 1 que ya no era injusto.

En buena parte del segundo tiempo, Holanda demostró cómo la noble intención de hacer rotar la pelota hasta encontrar las situaciones de gol puede derivar en una rotación mecanizada y aburrida si no se suma pimienta en el intento. Mientras el mediocampo uruguayo crecía de la mano de Gargano y Arévalo Ríos y hasta Cavani disponía de una chance clarísima para marcar la diferencia, por un error en un pase atrás de Boulahrouz. Parecía que los de Tabárez, que complicaban por la izquierda del ataque con el adelantamiento de Alvaro Pereira, podían dar la gran sorpresa. Hasta que llegó ese rato terrible.

A los 25 minutos, Sneijder recibió la pelota dentro del área, su remate se desvió en Godín y pasó por debajo del botín de Van Persie, levemente adelantado. Cuando Holanda parecía dormida, se levantó de golpe y dio un zarpazo que resultó mortal. Porque tres minutos después Robben recibió un centro perfecto para mandarla a guardar de cabeza contra un palo. Era casi la victoria, en un contexto que hasta poco antes era mucho más difícil para los europeos.

La emoción del final, luego del descuento de Maxi Pereira, sirvió otra vez para demostrar la dignidad de este Uruguay que peleó su chance hasta el final y emocionó a todos. El festejo final, en cambio, fue de esta Holanda que mostró que sabe jugar muy bien pero todavía deberá exhibir credenciales de grandeza. No en todos los partidos se tienen tres minutos mágicos.

LA NARANJA DE LOS RÉCORDS

Impresiona esta Holanda. Tal vez no tanto con el juego. Porque está claro que no es aquel equipo de Rinus Michels que el mundo conoció como La Naranja Mecánica y que luego abrazó por su fútbol para el aplauso. Pero con otro estilo -más metódico, menos dinámico, más fuerte defensiva, con menos espacios para la magia- llegó hasta el mismo lugar: la final del Mundial.

Se podrá discutirle que muchas veces dosifica sus capacidades y que entrega sólo lo necesario para ganar. Y será cierto. Pero cuando esta Holanda de Bert Van Marwijk juega como realmente puede da gusto también. De a ratos, contra Uruguay, lo consiguió. Y así se impuso y ya se está ganando un lugar en lo más grande de la historia. Durante este Mundial continuó siendo lo que venía siendo: una equipo que sólo sabía ganar. Superó al estelar Brasil de 1970 en la máxima cantidad de victorias sucesivas en competiciones de la FIFA (Eliminatorias y Copas del Mundo). Con el éxito bajo el cielo de Ciudad del Cabo llegó a 14 (ocho por el recorrido previo y seis por esta cita sudafricana).

También capturó, en términos de números, todos los récords de cualquier seleccionado holandés. Esta campaña ya es mejor que las de los equipos inolvidables que participaron en Alemania 1974 y en Argentina 1978. Estos seis triunfos consecutivos, además, lo habilitan para ir tras los pasos de una marca única: en Japón-Corea 2002, el Brasil de Luiz Felipe Scolari ganó sus siete encuentros.

No sólo eso: esta Holanda no pierde un partido desde septiembre de 2008 (curiosamente, el tropiezo sucedió ante Australia, en Eindhoven). Ahora, ya suma 29 partidos sin caídas. Y quedó a sólo seis de los dos seleccionados que ostentan el récord: España (entre 2007 y 2009) y Brasil (entre 1993 y 1996). Y quedó a sólo dos del tercero en ese rubro, la Argentina de Alfio Basile (entre 1991 y 1993). Claro, el próximo paso no será sencillo: la final del Mundial frente a España o Alemania. De todos modos, para esta Naranja Matemática nada parece imposible.

Me da cosa irrumpir en este hilo, pero ya te digo que hoy, se paralizará España. Un buen día para irse de cena y copas. No podrá ser, supongo.

THECROW escribió:

Nadie dirá nada, apenas la historia, Knight. En el Mundial 74 e incluso en el 78, la Naranja Mecánica (léase, Holanda) se lució con un fútbol perfecto, como pocos, pero solo obtuvo dos subcampeonatos. ¿Alguien se acuerda siquiera de cuatro jugadores de esos equipos? Lo dudo... soy devoto de una frase que escuché hace un tiempo: "El subcampeón es el primero de los perdedores, solo eso" Así de resultadista el fútbol. ¿Nos acordaremos de este Uruguay? Mmm tanto como de Ghana, Argentina o Corea del Sur.

El fútbol es uno de los temas prohibidos en las reuniones en las que se quiere pasarlo bien y no aburrirse o discutir, jajajajaja. Por eso, para cerrar este tema, te voy a decir dos cosas: Yo de fútbol nada, opino por lo que veo y sí, seguramente en poco tiempo no nos acordaremos ni del campeón. A fin de cuentas tampoco nos acordamos de muchas otras cosas.
Yo soy devoto de otra frase que escuché hace tiempo también: "Los argentinos no tienen memoria" Claro que se refería a temas más controversiales que el fútbol, pero el mal nos afecta tanto para una cosa como para la otra.

De los dos, acá el que sabe de fútbol y de muchas otras cosas sos vos, yo sólo opino.

SEMIFINAL

ALEMANIA 0
ESPAÑA 1 (Puyol)

LA LECCIÓN DE FÚTBOL



Y una noche, ante 60 mil personas en un estadio imponente y ante millones de amantes de este deporte en todo el mundo, apareció España. El equipo que llegaba como favorito y que hasta ahora sólo había mostrado raptos de buen juego, dio una magistral lección de fútbol. Tuvo paciencia para buscar, precisión para tocar y convicción para reivindicar la esencia del juego más hermoso que inventó el hombre.
El domingo, en la final ante Holanda, España podrá ratificar la vieja idea de que, en el fútbol, el mejor camino para ganar es jugar bien. Y que jugar lindo y jugar bien a veces pueden ser sinónimos.
De la mano del inmenso talento de Xavi e Iniesta, pero con todo un equipo desplegado en busca del gol, España le ganó a Alemania la posesión de la pelota y la fue empujando contra Neuer. A lo largo de todo el primer tiempo, el equipo de Del Bosque se reencontró con el fútbol que había prometido y compuso su mejor actuación en lo que va del Mundial. El ingreso de Pedro en lugar del Niño Torres le dio movilidad en los últimos metros pero no le quitó peso en ataque.
Sin embargo, esa paciencia para buscar y esa precisión para llegar hasta el borde del área no se tradujeron en llegadas netas. Apenas pudieron contabilizarse dos a lo largo de los 45 iniciales, aunque claras. A los 6, Pedro cedió en cortada a Villa y el toa que del goleador encontró el achique del arquero. Y a los 13, Puyol cabececó al gol un centro de Iniesta y la pelota salió sobre el travesaño.
En inferioridad y sin ayuda Schweinsteiger contra cuatro españoles, a Alemania no le quedó más que replegarse y apostar a la seguridad de sus centrales para aguantar y a las trepadas de su lateral derecho Lahm para arrimar algo de riesgo. Podolski fue impreciso por izquierda y a Klose no le llegó una. La ausencia del suspendido Müller fue indisimulable.
Daba gusto ver rotar a todo el equipo español en función de ataque. Pedro aparecía como armador, Iniesta como puntero y Xabi Alonso como certero lanzador cuando elegían el pase largo y no la pared en corto. Pero no hubo caso. Alemania, que apenas generó peligro en un par de corners y con un tiro desde lejos de Trochowski, se llevó lo mismo que su rival al cabo de la primera mitad. Y casi se pone en ventaja en la última jugada, cuando Sergio Ramos derribó a Oezil dentro del área. Pareció penal.
Si España ganó el primer tiempo "por puntos", salió a jugar el segundo para ganarlo por nocaut. Lo que en los primeros 45 fue un dominio claro pero que se diluía en los metros finales, en la reanudación fue directamente una tarea apabullante. El gol era sólo cuestión de minutos. Todo un equipo trabajando en la recuperación con Busquets como eje, una circulación fluida con la magistral conducción de Xavi, Iniesta impredecible como wing izquierdo y Pedro imparable.
Hubo cinco jugadas de riesgo en poco más de 15 minutos, algunas de ellas separadas por segundos. Pero en dos Alonso erró el tiro final. Y en una lo perdieron Pedro y Villa. Y en otra Podolski trabó justo a Sergio Ramos.
A los 24, Klose tuvo su única chance y elevó el remate. Alemania, sin quite y sin contraataque, parecía resignada a que su rival tradujera por fin ese dominio abrumador en ventaja. Y eso fue lo que ocurrió a los 28, cuando Xavi lanzó un corner y Puyol conectó un impresionante cabezazo.
Entonces comenzó otro partido de 20 minutos. Alemania salió a buscar lo que no buscó hasta ese momento y arrimó algo de peligro en un par de centros. Pero le dio metros a su rival. Y si España fue amenazante sin espacios, con ellos fue temible. Villa y Pedro tuvieron el 2-0 en sendos mano a mano, pero fallaron.
El final encontró a Alemania jugada a algún centro y a España, segura y sobria, aguantando cerca de Casillas sin grandes sobresaltos y a punto de anotar el segundo. Ya había hecho lo suyo cuando correspondía, con una actuación soberbia y lujosa. Y se fue entre aplausos, como un campeón...