Anecdotario de Guerra

Pero pobre perro!!!!!! Qué cosas te pasan, sensei.

Dios... Ese perro esta peor que el mio pequeño.

THECROW escribió:

Vaya perrito el tuyo, chunin ¿aún sigue vivo?

No, que va. Murio hace unos quince años. Un idolo el San ^^

Eres un hijo de puta no puedo decirte otra cosa chunin!!!!

S.

Tenchu escribió:

THECROW escribió:

Vaya perrito el tuyo, chunin ¿aún sigue vivo?

No, que va. Murio hace unos quince años. Un idolo el San ^^

Genio

El de ahora se llama Duque y lleva el impresionante record de ser el perro mas duro de todos los tiempos. Con sus apenas ocho años lleva tres atropelladas y hasta hoy les ha sobrevivido a todas. En la primera dio vuelta en la rueda de un Mercedes 11-14. En la Segunda se lo llevó por delante un Auto y el pobrecito quedó tirado en la calle. Y la tercera vez fue peór. El maldito hijo de puta que lo chocó lo arrastró hasta el final de la cuadra con el auto. Pero así y todo el pobre perro se vino todo tembleque hasta la vereda de casa y ahí se dejó caer. Todavía no le salieron los pelos en el lugar que le quedó quemado. Pero al menos ya se le cerró la herida.

^^

Aca les subo una foto del saco de pulgas mio. ^^

Chunincito ¿por qué no desistes de tener mascotas che? pobres animalitos!!!!



S.

~*Sasha_Dupont*~ escribió:

Chunincito ¿por qué no desistes de tener mascotas che? pobres animalitos!!!!



S.

Una vez mi viejo nos llevo un perro de raza a casa. Duro menos de un mes, le agarro moquillo y se fue al otro barrio. Tsssk, esa clase de perros no sirven para la vida dura. En casa siempre fuimos bicheros. Cuando viviamos en Bahia Blanca teniamos 3 perros y 4 gatos y una gata. Despues se sumaron 3 perros mas. Bueno, en fin... un monton de bicharracos dando vueltas por el patio. ^^

Bueno... para tanto no sé. Pero también atrapé sapos y ranas. Cazabamos vivoras, lagartijas, grillos, gorriones, caranchos, teros, cuises, vizcachas, chanchos, nutrias. En la pesca si que he sido siempre un poco malito. Solo pejerrey, rayas, gatusos, carpas y un congrio. Que bicho mas feo ese. Que se yo, cuantos bichos mas. Que linda epoca esa de pendejo corriendo por el medio del campo mugriento con la honda en la mano y el cuchillo en el cinto. ^^

Heh ^^

Ni las navidades, ni los cumpleaños, ni los aniversarios. El tiempo alli no pasa, aunque fuera si. El tener una creencia te da esperanzas y eso te da fuerzas cuando estas por desfallecer. Los milagros ocurren, a veces mucho mas de lo que creemos. ^^

Bueno, esto me pasó ayer. Luego de la audiencia para que estos desgraciados me pagaran. Me dieron un cheque con el monto a cobrar. Pero, como no tenía el DNI conmigo, me volví a casa. Mientras volvía charlaba con otro vago que cuide. El Alfredo, un albañil bastante piola. Veníamos charlando mientras la nena de él daba vueltas por todos lados.

Llegué a casa ya cerca del mediodia. Pero como quería cobrar agarré el DNI y salí en la bici. Pedalié como un loco, cuando me bajé de la bici. La até en el poste del banco. Recién despues entré, hice la cola para la caja. Y ahí... me desayuné con la noticia de que no habían fondos en la cuenta. La cuestión fue que cuando salí del banco. De lo que menos me acordé fue de la bicicleta.

De una me fui al sindicato a hacer el reclamo. De ahí me volví a casa, pasó todo el resto del día. Y yo andaba pensando en otras cosas. Hoy a la mañana cuando me fui caminando hasta el banco. Iba pensando en lo que haría. Y como les partiría la madre a esas basuras de la empresa. Crucé la calle y ahí la vi y me acordé: LA BICICLETA. Ahí estaba la muy condenada, todavía atada al poste. ^^

Tenchu escribió:

Bueno, esto me pasó ayer. Luego de la audiencia para que estos desgraciados me pagaran. Me dieron un cheque con el monto a cobrar. Pero, como no tenía el DNI conmigo, me volví a casa. Mientras volvía charlaba con otro vago que cuide. El Alfredo, un albañil bastante piola. Veníamos charlando mientras la nena de él daba vueltas por todos lados.

Llegué a casa ya cerca del mediodia. Pero como quería cobrar agarré el DNI y salí en la bici. Pedalié como un loco, cuando me bajé de la bici. La até en el poste del banco. Recién despues entré, hice la cola para la caja. Y ahí... me desayuné con la noticia de que no habían fondos en la cuenta. La cuestión fue que cuando salí del banco. De lo que menos me acordé fue de la bicicleta.

De una me fui al sindicato a hacer el reclamo. De ahí me volví a casa, pasó todo el resto del día. Y yo andaba pensando en otras cosas. Hoy a la mañana cuando me fui caminando hasta el banco. Iba pensando en lo que haría. Y como les partiría la madre a esas basuras de la empresa. Crucé la calle y ahí la vi y me acordé: LA BICICLETA. Ahí estaba la muy condenada, todavía atada al poste. ^^

Coño, la bronca enceguece, sí señor.

Creo que aún te falta mucho por vivir, todavía tienes mucho que hacer. Estas viejo, cansado e indeciso. Tienes un camino que seguir, solo te quedá ir hacia adelante. Puedes tener miedo de seguirlo o de tomar una mala decisión. Es natural temerle a lo que aún no ha sido. Si te lo pones a pensar, es como estar ante un enorme precipicio. Pero, si no avanzás nunca sabrás que te espera.

Un saludo a la distancia. ^^

¿Ya cuanto ha pasado desde esto? Una pregunta que me hizo un rival me lo recordó. Habría sido lindo no recordarlo. Me habría encantado que fuera solo un mal sueño. Pero no, solo pasó.

La noche era hermosa, el cielo repleto de estrellas. Una luna grande, preciosa iluminaba esa noche clara como el dia. Habíamos fijado ese rincón apartado para luchar. Una de las cosas que mas empujan a un guerrero es saber que tan fuerte es. Y una de las formas concretas de poder saberlo es luchando. No importa si la pelea es a muerte o solo hasta la rendición. La suerte y la determinación de los que combaten dicta hasta donde llegar.

Yo llegué primero, me senté a esperar por mi oponente. Me quité los lentes, dejandolos junto a mis zapatillas. Era lo mejor, mi visión no tenía que cambiar drasticamente. No es bueno durante el combate. Mierda, en esa oportunidad estaba nervioso. Las manos me sudaban, mis latidos parecían desbocarse. Estaba muy alerta. Quería adelantarme a mi rival, incluso pensé en tender trampas. Pero deseché la idea enseguida. Era un duelo a manos vacias, no un gotompo.

Miré al cielo, esperando que no viniese el otro combatiente. Pero el roce de los pies en la grama me dijo lo contrario. Allí parado ante mi, estaba quién me acompañó en mis entrenamientos. Un compañero de luchas, pero... para hacer las cosas bien con un corrupto... se vendió. Las decisiones que tomamos no llevaron por caminos diferentes. Tan cierto como que la brisa pasa entre tus dedos y no la ves.

Se sentó ante mí y sonrió. Nos saludamos según la ceremonia del dojo. Luego saludamos a los ancestros. Volvimos a saludarnos y entonces nos paramos. Yo ataqué y él hizo lo mismo. Una patada mía llegó a su estomago, mientras la suya barría mi pierna de apoyo. Caí al suelo y rodé evadiendo su patada descendente. Al pararme, pude sentir como su mirada me atravesaba. Se lanzó tan rapido que por un momento pareció sobrenatural.

Le proyecté al instante y volví a incorporarme. Al ponerme erguido, pude sentir un aguijoneo en mi brazo derecho. Mientras le lancé, había ataacado mis puntos vitales. No podía mover el brazo, al menos de momento. Sus puños llegaron a mi cara con fuerza. Con mi mano izquierda trataba de cubrirme y atacar. Pero no era suficiente. Velocidad era lo que me faltaba en ese momento. Salté hacia atras, gané unos segundos. Mi cara estaba un poco hinchada y me dolía el pecho. No tuve tiempo a ponerme en guardia.

Ya lo tenía sobre mí, apalizandome. Entonces lo usé, mi mano izquierda se movió sabiendo lo que ocurriría. En ese momento, él era el predador y yo la presa. Sentía el miedo y el filo acerado de la parca también. Mis tres dedos golpearon con la fuerza dada por la adrenalina del momento. Su garganta se contrajo por un espasmo. El aire se le había diluido de golpe. Cayó al suelo boqueando, mientras se tomaba el cuello. Era inutil, tanto como su deseperación. Volví a pararme y salí caminando de allí. Sonreí al oírle pedir que le matara, pero no di la vuelta. Mi cuchillo estaba clavado a unos centimetros de su cabeza. Él se percato de eso recién cuando se levantó.

^^

Esto ocurrió el día viernes. Tal y como lo había prometido, viajé a la Capital a ver al Corvacho y a Sebastian Alejandro. También pase fugazmente a visitar a doña Angelus por el laboro. Para ello viaje en tren, la querida 8121 (la locomotora) se encargo de llevarnos. Aunque, todo hay que decirlo. Los maquinistas se hicieron los chantas, porque tardaron un montón.

Me bajé del tren a las once de la mañana y me había subido a él, a las dos de la madrugada. Tomé el bolso y salí de la estación con dirección al subte. En ese intervalo, sonó el celular. Maldito aparato, ahí llegó el cambio de planes. La voz me resultó conocida, pero no me la esperaba.

- ¿Así que estas en mi city y no me avisaste? Venite YA a casa- Rugió la voz desde el otro lado.

- Imagino que esta vez no voy a tener que cocinar- Dije yo, tratando de disuadirle.

- No, salame. Aprendí a cocinar aunque no quieras creerlo. ¿Venís?- Volvió a preguntar.

- Ok, voy para allá. Pero mirá que tengo cosas que hacer. Le dije.

Ya no podía dar marcha atras. No se puede cambiar de parecer luego de dar la palabra. Así que, enfilé hacia Retiro. A donde trabaja mi hermanita por adopción voluntaria. Si, bueno... sobre este "nuevo termino" es curioso. Porque por lo general nos tratamos como tales. Esto, sin tener algún grado de parentesco. Jamás llegamos a pasar mas de un afecto sano. Asi que bueno, al llegar al edificio toqué timbre.

La misma voz conocida me dijo: Sos vos, desgraciado. Subí que sino te tiro la maceta. Con semejante amenaza y riendome pase por la puerta. Llegué a la puerta y golpeé. La puerta se abrió y la mano se estiró agarrandome de la remera. Eso me bastó para reaccionar con una llave para luxar su brazo. Sonrio y yo hice lo mismo, mientras le soltaba.

- Pense que ya habías olvidado к вашей сестре- Me dijo, mitad en su lengua adoptiva y la otra mitad en su lengua materna.

- No, solo que cuando se trata de ti. Lo mejor es venir con mas tiempo- Le dije mientras pasaba.

- Cierto, es lindo cuando me cocinan- Dijo ella mientras reía.

La mesa estaba servida, para mi sorpresa. Así que, almorzamos mientras mirabamos el noticiero. Irina me contó que ha vuelto a practicar boxeo. Que se peleó con su novio, porque se emborrachó y quiso pegarle. Mala decisión, quizas el chico no sabía quién era su pareja. Me refirió como le apalizó y lo echó de su pequeño hogar. Ambos estallamos en risas, pobre tipo. Me alegró mucho saber que continúa trabajando. Lo que me sorprendió fue que cuando le comenté que estaba sin trabajo me dijo:

- Aquí la policia federal precisa gente. Venite, vemos que puedo hacer.

- ¿De veras? ¿Vos crees que me tomen?- Le pregunté incredulo.

- Tal vez, intentalo брат- Me dijo ella mientras me daba una palmada.

Al salir de su hogar, prometiendole que volviera a visitarle. Me reí un poco, no me esperaba su ayuda. Me tomé el subte y le mandé un mensaje a Angelus. Como estaba trabajando (pobrecitaaaa) me fui a molestarle al job. Me dijo como llegar y a eso de las dos y media aparecí.

El lugar era una sala de espra por un lado y despues podía verse un largo pasillo. Miré unos minutos y al no ver guardias me pasé el molinete. Busqué el box 34 y ahí le vi, en su escritorio. Se sorprendió, claro que sí. Más que nada por lo rapido que aparecí. No sé, yo llegué como cualquier persona. Ahí estuve charlando con ella, mientras me comentaba sobre como era el trabajo. Hasta que el jefe ortiva que estaba en el mismo box le llamó. La llenó de papeles para corregir, asi que, tomé las cosas y disculpandome salí.

Recién como a las tres y media pude contactarme con el corvacho. Y ahí arreglamos donde encontrarnos. Caminé por las avenidas atestadas de gente. Pasé montones de semaforos y me entretuve con el trafico endiablado de la ciudad. Recién a las cinco y media mas o menos pudimos encontrarnos en su hogar. Al tocar la puerta del departamento... Esperé unos segundos y por fin lo vi bien. Si, al fin le veía de nuevo y bien contento.

Conocí tambien por unos instantes fugaces al pequeño Sebastian. Envuelto en una mantita estaba el pequeño retoño. Un pequeño de cabellos oscuros y unos ojitos de lo mas tiernos. Acaricié su pequeña cabecita, en verdad me enterneció. Enseguida le llevaron de vuelta con Sasha, el pequeño debía seguir alimentandose.

Seguimos charlando con el Corvacho, se ve feliz. Ahora ya es todo un padre, en sus ojos hay felicidad. Tiene nuevos animos, que ahora se acentúan con la llegada del pequeñín. Pero, como bien dijo elmuver: Lo bueno dura poco. A las siete y diez salí a escape, porque perdía el tren.

Gracias a las indicaciones del Cuervo llegué hasta la boca del subte. Ahí fue cuando bajé a todos los santos a piedrazos. Las puertas estaban cerradas y el cartel luminoso mostraba que había ocurrido un accidente y la linea quedaba inhabilitada.

Me tuve que tomar un taxi para llegar a tiempo. Al bajarme en las puertas de la estación corrí y cuando llegué a la boletería... La noticia que me cambió el rostro: No habían pasajes disponibles. Así que, solo me quedaba volverme en omnibus. Por lo tanto el gasto de pasaje se duplicaría.

Al final fue tanto apuro por no perder el tren y no lo podía abordar. Asi que, me tuve que ir a Retiro para conseguir pasaje. Cuando conseguí, me di cuenta de dos cosas: una, iba a tener que quedarme varado hasta las una de la mañana y la otra, que apestaba.

A Irina le descarté enseguida, ya estaría en el trabajo. Asi que, me dediqué a buscar una ducha. En ninguno de los baños de la estación pude hallar una. Asi que, terminé cayendo en una hotel. Al pedirle la ducha prestada a la vieja que regenteaba el lugar. La mujer me miró sorprendida y me dijo que me cobraba 10 pesos. Y como yo ya venía buscando por todos lados. Ante la respuesta le di un beso con todas las de la ley. Y con eso logré una rebajita del 50%.

Bueno, eso fue todo. Porque en el viaje y la llegada a casa no hubo niguna cosa digna de mención. ^^

Tenchu escribió:

Esto ocurrió el día viernes. Tal y como lo había prometido, viajé a la Capital a ver al Corvacho y a Sebastian Alejandro. También pase fugazmente a visitar a doña Angelus por el laboro. Para ello viaje en tren, la querida 8121 (la locomotora) se encargo de llevarnos. Aunque, todo hay que decirlo. Los maquinistas se hicieron los chantas, porque tardaron un montón.

Me bajé del tren a las once de la mañana y me había subido a él, a las dos de la madrugada. Tomé el bolso y salí de la estación con dirección al subte. En ese intervalo, sonó el celular. Maldito aparato, ahí llegó el cambio de planes. La voz me resultó conocida, pero no me la esperaba.

- ¿Así que estas en mi city y no me avisaste? Venite YA a casa- Rugió la voz desde el otro lado.

- Imagino que esta vez no voy a tener que cocinar- Dije yo, tratando de disuadirle.

- No, salame. Aprendí a cocinar aunque no quieras creerlo. ¿Venís?- Volvió a preguntar.

- Ok, voy para allá. Pero mirá que tengo cosas que hacer. Le dije.

Ya no podía dar marcha atras. No se puede cambiar de parecer luego de dar la palabra. Así que, enfilé hacia Retiro. A donde trabaja mi hermanita por adopción voluntaria. Si, bueno... sobre este "nuevo termino" es curioso. Porque por lo general nos tratamos como tales. Esto, sin tener algún grado de parentesco. Jamás llegamos a pasar mas de un afecto sano. Asi que bueno, al llegar al edificio toqué timbre.

La misma voz conocida me dijo: Sos vos, desgraciado. Subí que sino te tiro la maceta. Con semejante amenaza y riendome pase por la puerta. Llegué a la puerta y golpeé. La puerta se abrió y la mano se estiró agarrandome de la remera. Eso me bastó para reaccionar con una llave para luxar su brazo. Sonrio y yo hice lo mismo, mientras le soltaba.

- Pense que ya habías olvidado к вашей сестре- Me dijo, mitad en su lengua adoptiva y la otra mitad en su lengua materna.

- No, solo que cuando se trata de ti. Lo mejor es venir con mas tiempo- Le dije mientras pasaba.

- Cierto, es lindo cuando me cocinan- Dijo ella mientras reía.

La mesa estaba servida, para mi sorpresa. Así que, almorzamos mientras mirabamos el noticiero. Irina me contó que ha vuelto a practicar boxeo. Que se peleó con su novio, porque se emborrachó y quiso pegarle. Mala decisión, quizas el chico no sabía quién era su pareja. Me refirió como le apalizó y lo echó de su pequeño hogar. Ambos estallamos en risas, pobre tipo. Me alegró mucho saber que continúa trabajando. Lo que me sorprendió fue que cuando le comenté que estaba sin trabajo me dijo:

- Aquí la policia federal precisa gente. Venite, vemos que puedo hacer.

- ¿De veras? ¿Vos crees que me tomen?- Le pregunté incredulo.

- Tal vez, intentalo брат- Me dijo ella mientras me daba una palmada.

Al salir de su hogar, prometiendole que volviera a visitarle. Me reí un poco, no me esperaba su ayuda. Me tomé el subte y le mandé un mensaje a Angelus. Como estaba trabajando (pobrecitaaaa) me fui a molestarle al job. Me dijo como llegar y a eso de las dos y media aparecí.

El lugar era una sala de espra por un lado y despues podía verse un largo pasillo. Miré unos minutos y al no ver guardias me pasé el molinete. Busqué el box 34 y ahí le vi, en su escritorio. Se sorprendió, claro que sí. Más que nada por lo rapido que aparecí. No sé, yo llegué como cualquier persona. Ahí estuve charlando con ella, mientras me comentaba sobre como era el trabajo. Hasta que el jefe ortiva que estaba en el mismo box le llamó. La llenó de papeles para corregir, asi que, tomé las cosas y disculpandome salí.

Recién como a las tres y media pude contactarme con el corvacho. Y ahí arreglamos donde encontrarnos. Caminé por las avenidas atestadas de gente. Pasé montones de semaforos y me entretuve con el trafico endiablado de la ciudad. Recién a las cinco y media mas o menos pudimos encontrarnos en su hogar. Al tocar la puerta del departamento... Esperé unos segundos y por fin lo vi bien. Si, al fin le veía de nuevo y bien contento.

Conocí tambien por unos instantes fugaces al pequeño Sebastian. Envuelto en una mantita estaba el pequeño retoño. Un pequeño de cabellos oscuros y unos ojitos de lo mas tiernos. Acaricié su pequeña cabecita, en verdad me enterneció. Enseguida le llevaron de vuelta con Sasha, el pequeño debía seguir alimentandose.

Seguimos charlando con el Corvacho, se ve feliz. Ahora ya es todo un padre, en sus ojos hay felicidad. Tiene nuevos animos, que ahora se acentúan con la llegada del pequeñín. Pero, como bien dijo elmuver: Lo bueno dura poco. A las siete y diez salí a escape, porque perdía el tren.

Gracias a las indicaciones del Cuervo llegué hasta la boca del subte. Ahí fue cuando bajé a todos los santos a piedrazos. Las puertas estaban cerradas y el cartel luminoso mostraba que había ocurrido un accidente y la linea quedaba inhabilitada.

Me tuve que tomar un taxi para llegar a tiempo. Al bajarme en las puertas de la estación corrí y cuando llegué a la boletería... La noticia que me cambió el rostro: No habían pasajes disponibles. Así que, solo me quedaba volverme en omnibus. Por lo tanto el gasto de pasaje se duplicaría.

Al final fue tanto apuro por no perder el tren y no lo podía abordar. Asi que, me tuve que ir a Retiro para conseguir pasaje. Cuando conseguí, me di cuenta de dos cosas: una, iba a tener que quedarme varado hasta las una de la mañana y la otra, que apestaba.

A Irina le descarté enseguida, ya estaría en el trabajo. Asi que, me dediqué a buscar una ducha. En ninguno de los baños de la estación pude hallar una. Asi que, terminé cayendo en una hotel. Al pedirle la ducha prestada a la vieja que regenteaba el lugar. La mujer me miró sorprendida y me dijo que me cobraba 10 pesos. Y como yo ya venía buscando por todos lados. Ante la respuesta le di un beso con todas las de la ley. Y con eso logré una rebajita del 50%.

Bueno, eso fue todo. Porque en el viaje y la llegada a casa no hubo niguna cosa digna de mención. ^^

Vaya y parecía que ibas a tener un viaje tranquilo según tú. Lo que más me ha impactado fue el beso a la vieja y encima consigues una rebaja!!
Grande, sensei.

A mi lo que mas me sorprendio fue la llamada de Irina. En lo personal ya ni siquiera tenia noticias suyas. Un tiempo mas y le daria por desaparecida. ^^

Esta fue la primera vez que tomé una vida. Aún no sabía que me depararía este camino. Tenía unos ocho años, ya era mi segunda cacería. Viajabamos con mis tios, mi viejo y los otros cazadores. El invierno sureño puede ser muy crudo. Las temperaturas descienden hasta cinco grados bajo cero. El viento puede alcanzar hasta los 100 km. por hora. Tres iban en la cabina, mientras los otros cuatro ibamos en la caja de la camioneta.

El viento te golpeaba la cara, azotandote. El frio parecía como si fueran agujas que se te clavaban en la cara. Pero te acostumbras. Al llegar al destino, luego de meternos entre los campos. Bajamos de la camioneta y dividiendonos en grupos de a dos salimos. Por cada pareja llevabamos cuatro perros. Junto a mí iba "el Payaso", uno de los perros de mi tio.

Este perro ya tenía unos doce años. Era flaco, de pelo corto y con varias cicatrices en el cuero. Desde los dos años que cazaba ese can. Era todo un veterano el vago, para ventear rastros fue el mejor. Chendo iba conmigo, nunca supe su nombre real. Era el mejor amigo de mi tio. Me tiró un cuchillo y me dijo:

- Cuando tengas a mano al biechejo. Descabezalo como te enseñe.

- Si. Le dije yo, mientras me ataba el cuchillo al antebrazo.

Seguimos andando, eran cerca de las seis de la madrugada. Oímos un ronquido y luego un chillido. Los perros se mandaron como relampagos a los matorrales. El sonido se volvió un ronquido horrible. De ahí salió el jabato mas grande que había visto. Chendo me silbó para que me corriera. Ya tenía en la mira la bestia. Disparó su fusil, los perdigones entraron. Pero ese animal estaba enardecido. Payaso se le prendió al cuello. Tomé la escopeta y dispare yo también. La recarga casi me hace mierda el hombro.

Chendo se rió al verme tan asustado. Volvió a cargar y me hizo seña, así que me levanté. Desenvainé el cuchillo y me subí al arbol. Otro disparo, el animal cayó al suelo y yo me le tiré encima, clavandole una hoja de treinta centimetros. No pude ultimarlo, no tenía tanta fuerza. Chendo terminó mi labor y luego avisamos al resto. Etabamos contentos, pero la felicidad no dura. Al mirar a los perros, dos estaban hechos papilla. Payaso renqueaba y tenía los ojos en blanco.

Mirandolo asi, estaba a punto de largarme a llorar. Cosas de pendejo, je. Chendo lo miró tambien y no dijo nada. Solo me extendió un revolver y señaló al perro. Amartillé el arma y me acerqué al perro que se caía. Me miró por un segundo, sus ojos se clavaron en mí y el revolver.

- Lo siento amigo, te despeno para que no sufras- Eso le dije.

El martillo percutó la bala que le atravesó el craneo. El caño humeaba todavía, cosas de armas viejas. Que le vamos a hacer. Me di la vuelta y le devolví el arma al Chendo. No dijimos palabra, solo nos quedaba esperar por los otros. Ya habría tiempo de enterrar a los perros. ^^